2011-2012

32 Lavaderos Nunca Mas Lavando a la Pampa

Cuerpos de Agua: Una metáfora de los jóvenes por la vida

Performance, 4 h

Lavaderos Comunitarios Barrio Lourdes, Fabrica de Loza

Bogotá, Colombia

Fotografías: Fudación Cultural WAJA

Lavar ropa puede que no sea una acción considerada propia del Arte, puede que sea simplemente una labor cotidiana y habitual.

Me interesa el acto de lavar ropa, no solo por la acción particular, lo que es como gesto, sino por las relaciones que esta permite tejer entre quienes hoy día lo realizan, labor que con el pasar de los años esta en desempleo gracias a los procesos de modernización en los que nos encontramos.

El barrio Lourdes es un barrio en el centro de Bogotá el cual cuenta con un lugar en donde hoy día y a manera de resistencia social, las personas todavía se reúnen para lavar ropa a mano en 32 lavaderos con más de 5 décadas de historia. Estos lavaderos son alimentados por un pozo de agua natural que baja de la montaña, uno de los pocos que quedan en la cuidad.

Este es un lugar que fue construido durante la Alcaldía del Señor Jorge Eliecer Gaitán, según lo narra la Señora Blanca Lilia quien con su madre desde los 7 años lavaba a mano y a la pampa en donde está el pozo y ahora quedan los 32 lavaderos.

Tenía yo 7 años de edad y lavábamos con mi mamá para unas dos o tres compañías del ejército la ropa de todos sus hombres. Lavábamos a mano y a la pampa, mejor dicho al descubierto, porque en este lugar, cerca a donde quedaban las antiguas fábricas de loza del barrio Lourdes, el agua que llegaba de la montaña tenía un pozo, adonde con algunas piedras que nosotras mismas poníamos, podíamos lavar.

Recuerdo el día en que llego un señor muy bien presentado y le pregunto a mi mamá que si nosotras lavábamos la ropa siempre así, a la Pampa, mi mamá le respondió que si porque el agua no teníamos que pagarla. Después el mismo señor le pregunto a mi mamá que de quien eran esos predios en los que las mujeres se reunían a lavar ropa, y le dijimos del señor fulano de tal, quien para ese entonces era el dueño de casi media Bogotá, cuenta la Señora Blanca Lilia, quien hoy día pasa por los 86 años de edad.

Recuerdo que yo le pregunte a mi mamá quien era el señor, y ella me mira y con cara de orgullo me responde, es gracias a ese señor es por quien está usted estudiando gratis, él es el Señor Jorge Eliecer Gaitán. Recuerdo que después de eso mi madre me pidió que acompañara al Doctor a la casa del dueño de los predios, y yo Salí con él y con los demás señores que lo acompañaban a mostrarle la casa en donde vivía el dueño del terreno. Me acuerdo que él saludo muy amablemente al Señor Jorge Eliecer Gaitán y lo hizo seguir, a mi me pregunto que quien era y yo le respondí que yo venía acompañándolo a él, cuenta Doña Blanca este episodio con risa, y agrega, que se sentó en las piernas del Doctor mientras él le decía al propietario, " Vengo a pedirle un favor, vengo a pedirle que me venda o me regale del pozo de agua para abajo, quiero construirles unos lavaderos a las mujeres que lavan todos los días ropa a la pampa", me acuerdo que el terreno se lo regalo al Doctor para que construyera los lavaderos para nosotras las que lavábamos para los militares y para que nuestras familias laváramos bajo un techo.

Con los años yo termine consiguiendo otro trabajo y viviendo lejos de aquí, pero desde hace 30 volví a cuidar los lavaderos. Hoy, poco a poco la gente viene menos a lavar, pues con la construcción de la avenida Los Comuneros, lo que hicieron fue dejar el barrio en ruinas y sacar a la gente que vivía desde hace años acá, que era la gente que lavaba la ropa. Ahora también se bañan, llevan agua para la casa, todos los miércoles vienen los Monaguillos de la Iglesia de Egipto a lavar sus ropas, la parte de arriba del pozo la tiene una gente de la junta de acción comunal del barrio y ahora siembran cosas para comer, el único día que esta lleno de gente, son los días sábados, porque eso ya no es como antes.

De esta manera termina de relatarme la historia doña Blanca Lilia, a quien tuve la oportunidad de conocer y visitar en dos oportunidades, ya que el día sábado 10 de noviembre, y pensando en lo que me dijo, que el sábado es cuando más gente va a lavar ropa, junto a la reja por donde se entra, en la pared de ladrillo estaba un afiche en donde se anunciaba todo lo relacionado a sus exequias, ese mismo día la estaban celebrando las exequias.